Hemos creado esta página un grupo de personas, vinculadas a la obra de Miguel Rosendo, con el fin de clarificar y poner de manifiesto ante la opinión pública la verdad sobre este caso, y defender sin ambages la inocencia de Miguel y la injusticia de su situación. Hasta ahora hemos observado en silencio por confianza en las instituciones, pero hemos decidido decir basta.
Un hombre inocente lleva desde diciembre de 2014 injustamente retenido en la cárcel por delitos que no ha cometido. Está sufriendo esta flagrante injusticia como resultado de mentiras, de acusaciones de oídas y de la ausencia de una mínima presunción de inocencia.
Miguel es un hombre bueno, familiar, es un católico profundamente creyente, que ha ayudado a múltiples personas y ha creado una asociación religiosa perfectamente autorizada e integrada en la Iglesia Católica. Debemos dejar claro aquí que Miguel no ha cometido fechoría sexual o satánica alguna.
La radical y decidida defensa que se va a realizar para demostrar la inocencia de Miguel y para denunciar la injusticia cometida, se hace desde el profundo respeto a la Iglesia católica. Sin embargo, no podemos dejar de lamentar que el proceso de linchamiento moral y mediático que sufre Miguel tiene su origen en actuaciones carentes de toda ética desde el entorno eclesiástico, como es la filtración a un periódico de la muy deficiente investigación realizada por el Obispado. Investigación carente de las mínimas garantías. Nos preguntamos si con esta filtración de tan defectuoso informe se quería investigar la verdad, o si quizá se quería destruir a Miguel.
La Iglesia no puede guardar silencio durante más tiempo ante el linchamiento de un inocente.
En un Estado de Derecho como el Estado Español no es admisible tener un hombre en la cárcel por simples acusaciones sin prueba. Esta es una nueva mancha en el sistema penal español, ahora aparentemente basado en la presión de los medios de comunicación y en las filtraciones malintencionadas.
Junto con nuestro agradecimiento por preocuparte de buscar la verdad, una última petición: que nada de lo que aquí veas te sirva para quedarte en la crítica o para que tu fe se debilite un poco más, sino que pidas con nosotros a Dios que en este año de la Misericordia perdone tanta miseria, tanta flaqueza de los que formamos hoy su Iglesia.